Fideicomiso tipo Arenero. Oportunidad para que sus herederos aprendan sobre el negocio

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Hoy en día vemos muchos empresarios en el mundo que pronto tendrán que enfrentar el problema de la transferencia de su negocio a los herederos. La mayoría de los que piensan acerca de ello, se preguntan con preocupación: ¿podrán sus hijos aguantar esta carga y salir adelante? ¿Podrán desarrollar el negocio o irán a destruirlo? ¿Tendrán la fuerza y la experiencia necesarias? 


Estas preguntas requieren respuestas. ¿Cómo podremos contestarlas?

Algunos creen que un fideicomiso es la herramienta que se usa solo para empresas grandes, pero se equivocan! Hoy hablaremos acerca de un fideicomiso tipo «arenero», es decir, acerca de la posibilidad de usar un fideicomiso para educar a sus hijos.

El principal problema de los herederos sigue siendo la falta de experiencia propia y errores en la gestión de un negocio, así como errores en relaciones personales que puedan tener diferente impacto en el negocio y su desarrollo.

Para adquirir esta experiencia, existe una solución: crear un fideicomiso tipo «arenero». En este «fideicomiso-arenero» la fiduciaria actúa como un mediador (conciliador) entre dos generaciones o hasta tres, si en el proceso se involucran los nietos. Las ideas básicas son:

  1. Se crea un «fideicomiso-arenero» para un período de hasta 5 años, aunque puede ser creado para un período más largo.
  2. Los activos de este «fideicomiso-arenero» deben ser entre 200 y 700 mil euros.
  3. El beneficiario es el heredero o la heredera.
  4. El beneficiario tiene derecho a crear cualquier negocio en cualquier área, pero para ello él o ella debe proporcionar al fiduciario un plan de negocios personal, donde se justifique la importancia y viabilidad de su proyecto.
  5. El administrador está autorizado para crear cualquier tipo de empresa en cualquier país del mundo, de acuerdo al deseo del beneficiario y al plan de negocios proporcionado por el mismo, además, puede sugerir las jurisdicciones convenientes, donde hacerlo no será muy caro para empezar.
  6. La fiduciaria tiene derecho a conceder préstamos al beneficiario bajo los términos e intereses aceptados generalmente por los bancos, a cambio de una garantía o sin ella. El préstamo no puede exceder el 40-50% del fondo total, pero puede aumentar con un desarrollo positivo del negocio.
  7. La fiduciaria también podrá invertir una parte del fondo en el proyecto del beneficiario, pero no más del 30-40% de los activos del fideicomiso.
  8. El beneficiario puede crear y participar en varios proyectos, pero no más de 3 al mismo tiempo.
  9. Se prevé que el beneficiario pueda perder fondos por errores empresariales, socios de mala fe, etc.
  10. El beneficiario no tiene derecho a gastar dinero en sí mismo o en sus necesidades e intereses personales, al menos que sean cursos de capacitación.
  11. El fundador del fideicomiso lleva el control de gastos, pero no puede intervenir de manera activa en el proceso de aprendizaje sobre el negocio, tiene solo el papel de observador pasivo o asesor en ciertos casos determinados.
  12. En algunos casos extremos el fundador (protector) del fideicomiso puede exigir la clausura del proyecto o sugerir la gestión externa por terceros.

Estas son algunas de las peculiaridades y restricciones de un «fideicomiso- arenero». El concepto principal es que los herederos estén obligados a tratar de crear y desarrollar un negocio «con sus propias manos», adquirir conocimientos y experiencia, aunque ésta muchas veces resulta ser bastante amarga sin tutoría de sus padres. Normalmente el beneficiario solo sabe que posee una empresa (fiduciaria), que está dispuesta a brindarle algunas oportunidades, a petición de sus padres, obviamente, en caso de que el fideicomiso fuera creado por sus padres.

A veces la idea de crear un fideicomiso de este tipo viene de los propios hijos, cuyo argumento en este caso sería: «Voy a tratar de crear algo mío, mientras tú veas cómo me vaya a ir.»

Las funciones de la empresa fiduciaria aquí son muy simples, se trata de que una empresa externa decida si hay que tomar una u otra dirección en el desarrollo del negocio. Los padres a menudo son muy conservadores cuando se trata de las cuestiones del desarrollo de los hijos, y muchas veces no pueden ver las perspectivas que ve su hijo crecido. Creando un ?deicomiso de este tipo, los padres le permiten a sus hijos a actuar de manera independiente, sin que se mezclen las emociones o se altere su relación.

Por desgracia, las emociones de la familia a menudo se convierten en un obstáculo que dificulta la preservación del respeto mutuo, la amistad y el apoyo de los hijos. Un «fideicomiso-arenero» logra resolver este problema de una manera muy fácil: los fondos están puestos a disposición, las reglas del «juego» están definidas, todo está listo para actuar y adquirir experiencia; claro que pueda haber pérdidas, pero no excesivas, ya que su límite estará determinado por los márgenes del fondo fiduciario. Si quieres puedes crear una réplica pequeña del negocio de tus padres y tratar de competir con él, si deseas sigue tu propio camino o bien inicia un negocio totalmente nuevo.

Por eso llamamos a este tipo del fideicomiso un «arenero», espacio donde uno puede construir sus castillos, pero con la opción de que uno de ellos se convierta en un proyecto real, eficiente y desarrollado.

El objetivo de este instrumento es ofrecerle a los herederos la posibilidad de ganar una valiosa experiencia en su propio negocio, prácticamente sin apoyo, y prepararlos para la entrada al negocio de los padres, donde todos los procesos ya están bien estructurados y solo falta una nueva visión y nuevas ideas que los herederos puedan sacar de su «arenero».

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